lunes, 22 de agosto de 2016

Col de Ordino-Arcalis

El día de retorno, resultaba ser la última opción, previo madrugón, de realizar uno de los dos puertos que iban a quedar pendientes en el viaje. Pero el día amaneció de nuevo excesivamente lluviosa. No pudo ser.

Las diez era la hora de salida establecida. Todo recogido y preparados para desandar los casi 800 kms que nos separaban de Andorra, lugar donde haríamos el alto en el camino de regreso a casa.

800kms que se hicieron muy largos, con más de 12 horas en el coche. Atascos, pagos de peajes, parada para comer en una abarrotada área de servicio próxima a Montlimar. Pérdida de trayecto por las calles de Grenoble. Embotellamiento entre holandeses, belgas y franceses en busca de la costa azul. Una auténtica ratonera esta A-7.
O de Ordino
Doce horas más tarde llegamos al correcto hotel La Cabana, en la localidad de Ordino. Una cena rápida a base de pizza en un cercano restaurante y a dormir.

La mañana siguiente se propusieron varias alternativas. Unos visitarían la campital, Andorra La Vieja. Otros quedarían descansado en el hotel. Y dos iríamos a ascender un clásico andorrano; Ordino-Arcalis.

A las 8:00 estábamos en la puerta del hotel Pablichu y yo. Buscamos una cafetería, desayunamos y nos dispusimos a disfrutar del ascenso.

Ascenso de 26kms que tiene su inicio oficial 8kms más abajo, en las calles de Andorra la Vieja. 8kms de túneles e incómodo tráfico que nosotros nos ahorraríamos.


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Así pues, el primer tramo junto a las aguas del río Envalira, aún en la umbría, resultó ser muy cómodo con desniveles asequibles que permitieron una amena conversación. Rodábamos entre prados en lo más profundo del valle. La sensación de frescura inundaba nuestros pulmones.
En el valle, aún en umbría
Resultó un tramo muy cómodo y casi rodador, perfecto para desentumecer las piernas del largo viaje del día anterior. Pero llegamos a la localidad de El Serrat.

Las cuatro curvas de herradura, que serpentean por este núcleo urbano, nos dieron la bienvenida a Andorra. A la verdadera Andorra.
Señalización horizontal del puerto
Rampas que se elevan por la docena porcentual nos obligan a detener la conversación y aumentar las pulsaciones. Levantarnos sobre la bici y esforzarnos para conseguir esta pequeña batalla de la subida a la estación de Arcalis.

La carretera cambia el rumbo norte, por el oeste. Las aguas del río Tristaina ya queda bajo nuestros pies. Estamos ganando altura al valle por la ladera. Las señales nos indican el desvío al Parque Natural del Vall de Sorteny a nuestra derecha. Pero de frente continúa nuestro ascenso.
Túnel de Ordino
Unas viseras facilitan el paso de la carretera ante lo abrupto del terreno. Carretera que ya mantiene unos porcentajes nada cómodos que ya solo permiten una conversación monoparlante. Pablichu va sobrado. Yo solo escucho.

A los 14kms de nuestro ascenso, se presentan dos nuevas curvas de herradura que nos dan paso al túnel que permite el acceso a la estación de esquí de Arcalís.
Vacas en la carretera de ascenso
A su salida, un amplio aparcamiento desdibuja el ascenso. Las instalaciones, ahora cerradas, de la estación invernal rompen la estética natural. Las vacas pueblan lo que en su tiempo fue suyo. Debemos esquivarlas si no queremos tener problemas con la manada.

Una, dos, tres, cuatro... hasta doce curvas de herradura se presentan de manera consecutiva para ganar una altura casi definitiva que deja abajo el valle. Carretera muy ancha y en perfecto estado.
Curvas tras cruzar la estación invernal
Al salir de la última de ellas, un giro a izquierdas nos muestra de bruces la obra representativa de este ascenso. La inmensa O de Ordino que parece desear un pequeño empujón para rodar ladera abajo.

Es aquí cuando la pendiente nos deja respirar. A falta de poco más de un km para coronar en la explanada donde se haya el restaurante de La Coma d´Arcalis.

Apuramos el asfalto al máximo y vuelta sobre nuestros pasos para llegar a Ordino, disfrutando de una rapidísima bajada aprovechándonos del buen estado del asfalto.
Vistas del valle
Abajo estaban Victor y Sergio, desayunando en el mismo restaurante donde el día anterior cenamos. Esperando al resto de la expedición que habían bajado a pasear por la capital.

A la 12:00 hora de salida. Por delante otros 700km que cerrarían esta nueva aventura por los Alpes franceses.

Gracias Rober, Lito, Sergio, Victor, Ramón, Pablo y especialmente a Rute.
Altimetrías.net

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