miércoles, 18 de marzo de 2015

Ascenso al Morezón

Bonito ascenso el realizado hasta la cota del Morezón desde la Plataforma de Gredos.

Según los montañeros expertos, es un pico sencillo técnicamente hablando, pero que requiere de buen fondo físico para aguantar las seis horas de ruta que aproximadamente puede durar.
Disfrutando de las vistas.

Si se realiza en invierno, como fue nuestro caso, es imprescindible y obligatorio el uso de crampones para utilizarlos en las cotas más altas donde la nieve estará congelada. En verano, o con ausencia de nieve, no será necesario.


Para llegar inicio de ruta accederemos por la carretera AV-931 desde la localidad abulense de Hoyos del Espino.



La marcha parte desde el parking de La Plataforma (2€ nos cobrarán si vamos en fin de semana) siguiendo aguas arriba el cauce del arroyo del Prado, que nos acompañará en este inicio a la izuierda de nuestra marcha. Es una zona adecentada, pero en umbría, lo que puede provocar peligrosos resbalones en las primeras horas de la mañana.
Primeros metros de ruta.
Al kilómetro aproximado de la marcha, y antes de llegar al Prado de las Pozas, abandonaremos el camino principal que se dirige hacia la afamada Laguna Grande de Gredos, para desviarnos a su izquierda y mantener sentido sur.
Desvío de caminos, al fondo el pluviómetro.
Para no confundirnos, tomaremos como referencia un pluviómetro, que nos servirá de hito/baliza en nuestro camino. Confirmaremos la correcta ubicación, observando a nuestra izquierda la señalización del camino que asciende hacia el puerto de Candeleda.
Vistas hacia el puerto de Candeleda.
Aquí es donde comienzan a aparecer los "prados de nieve"que sepultan bajo sus copos todas las irregularidades del terreno (moles graníticas, vegetación, trochas...). Esto nos permitirá seguir una línea recta, que tal vez en épocas estivales será imposible trazar al tener que esquivar todos estos elementos.

Unos hitos a modo de pirámides de piedras nos marcarán el camino por toda la ladera de la cuerda del Refugio del Rey.
"Prados" de nieve, hitos de piedra en el horizonte.
A nuestra derecha quedan los manantiales del arroyo Pozas, con preciosas aguas azules congeladas. Y frente a nosotros, el ondulado cerro de la Cagarruta (sí, sorprendentemente ese es su topónimo oficial).

La nieve aún permite crear huella. No obstante, el camino era evidente por la cantidad de personas que aprovecharon este espectacular día para echarse a la montaña.

La silueta del Morezón comenzaba a asomar a partir del segundo kilómetro de marcha y ya no lo perderíamos de vista hasta su coronación.
El Morezón y el cerro de la Cagarruta.
Al llegar a la base del cerro de la Cagarruta, debimos establecer una parada técnica para hacer nuestro particular bautizo con los crampones. Es increíble la seguridad que da este material bien aferrado a nuestras botas de montaña.
Faldeando el cerro de la Cagarruta.
Una parada que sirvió de descanso para afrontar la segunda mitad del ascenso.

Tras la reanudación de la marcha ganamos un collado. Abajo, asomaba el nacimiento del arroyo Pozas, donde la nieve había cedido su paso. Éste se abría hueco para dejar una bella estampa que nos obligó a  desviarnos del recorrido original para hacerle una visitar más de cercana.
Aguas del arroyo Pozas entre la nieve.
Estábamos a punto de llegar al prado de Navasomera donde la cuerda de Gredos nos permitiría tener contacto visual con la ladera sur. La silueta del embalse de Rosarito, y el recortado horizonte creado por los Montes de Toledo, así lo confirmaban.

Quedaba ahora el último paso, el más duro. 400m de ascenso con una pendiente más que inclinada que nos situaría en nuestro objetivo final. Otra breve parada para dejar paso a esquiadores de fondo que se deslizaban con sus skíes... y al ataque.
Ascenso final. Duro.
Pasito a paso y sin prisa íbamos ganando altura. Paradas que nos invitaban a echar la mirada atrás, regalándonos bellas perspectivas de la cuerda de Gredos hacia el este; Pueto de Candeleda, La Mira, Los Galayos....
Cuerda de Gredos hacia el este.
Y así, casi sin darnos cuenta, nos presentamos en los altos del Morezón que nos esperaba con un impresionante regalo.

Y este no era otro que las imponentes vistas del circo glaciar de la Laguna Grande Gredos, con su pico del Moro Almanzor presidiendo esta espectacular estampa invernal.
Circo de Gredos, Pico Almanzor.
Ahora solo quedaba recuperar fuerzas físicas y mentales con un buen bocadillo entre las manos y estas impresionantes vistas ante nuestros ojos.

La vuelta se realizará por la misma cuerda del circo. Donde se aconseja echar la mirada atrás puntualmente para ir disfrutando de los cambios de perspectiva de este exclusivo enclave.

No será aún todo bajada, pero las vistas nos servirán de opio para nuestras ya cansadas piernas.
Descenso de los altos del Morezón
Una nueva parada en el cruce de nuestro camino con la vereda del refugio del rey, mandarina en mano, nos dará la fuerza suficiente para afrontar el definitivo paso por el Cuento Alto.

Después, solo quedará descender por Los Berrerones y tomar el balizado camino que viene de La Laguna.
Hitos cerca de la fuente de Cavadores.
Una vez tomado el transitado camino del la laguna, seguiremos el trayecto bien indicado. Aquí podremos reponer agua en la cercana fuente de los Cavadores.

Pronto y sin problemas llegaremos al paso sobre el arroyo Pozas que nos deleita con otra nueva estampa para despedirse de nosotros hasta nuestra próxima visita.
Puente sobre el arroyo Pozas
El prado de las pozas nos situará de nuevo en el camino inicial para desandar los pasos que tomamos en las primeras horas de la mañana con un camino ya despejado de hielo.

Mapa de la ruta.
Una interesantísima experiencia y un perfecto día. Tanto por las vistas, el esfuerzo y la compañía. Será muy difícil de olvidar. Pero repetiremos, "trasto".

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